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Oscar Brenifier, Apología de la metafísica.
pag.26:
Un martillo tiene sus utilidades, sus límites, y lo oportuno de lo que será llevado a cabo con esa herramienta dependerá evidentemente de su naturaleza de martillo, pero dependerá también en gran medida de las decisiones y capacidades del usuario. La diferencia con el espíritu humano es que el utilizador y el instrumento son idénticos. Esta situación crea la paradoja siguiente : ¿Es el instrumento el que determina al usuario o es el usuario el que determina al instrumento? ¿Las limitaciones de la mente son las del que instrumentaliza o las del instrumento? Responder que las dos proposiciones son equivalentes es escapar, ya que esas dos realidades son de algún modo bien distintas en nosotros. ¿Nuestro querer busca transformar nuestra propia naturaleza? ¿Nuestra facultad de aceptación espera atemperar nuestro querer? Los dos modos no son idénticos ni en el plano psicológico ni en el plano filosófico. Articulan, por cierto, lo que llamamos doble perspectiva.
¿Es posible una metafísica idealista? ¿Es el instrumento el que determina al usuario o es el usuario el que determina al instrumento? Ambos están determinados independientemente del otro. Están dos (2) entes, un usuario y una herramienta. El usuario usa la herramienta, no a la inversa. Lo único que tienen en común ambos es que son entes, existen. Saber lo que somos depende de nuestra capacidad de aprehender la inteligibilidad de lo real. Y eso implica transcender nuestra subjetividad.
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